martes, diciembre 12, 2006

A AUGUSTO PINOCHET EL TIEMPO LE HARÁ JUSTICIA

SEGÚN AMIGOS QUE LO RECUERDAN CON CARIÑO

Sin duda que Augusto Pinochet Ugarte a nadie deja indiferente, o se le ama o se le odia. Sus detractores lo recuerdan por las violaciones a los derechos humanos, por los detenidos desaparecidos y por los actos de crueldad ocurridos entre 1973 y 1990. Sin embargo también hay quienes lo destacan por sus logros económicos en beneficio del país, y particularmente en nuestra ciudad amigos entrañables lo recuerdan por su amistad sincera, su trato deferente, y por el cambio que tuvo en su gestión la ciudad de Iquique. Para el programa “Así surgen los recuerdos”, que se transmite por Radio El Salitre 95.1 mhz. F.M., para las comunas rurales, http://www.hesol.cl, señal on line para el mundo, y que se edita para el semanario El Salitre, en edición pdf, también en nuestro sitio web, conozcamos lo que opinan diversos personajes del acontecer iquiqueño.

Por : Bernardo Yañez Stumptner

Iquique en los años 70 era una ciudad con la economía basada en las empresas pesqueras, con una aducción de agua muy antigua, que hacía que la ciudad estuviera racionada del vital elemento, no existía la zona franca por lo que el gobierno de Chile creó la Zona Franca de Iquique (ZOFRI) el 25 de junio de 1975 en virtud del DFL 341, con el fin de impulsar el desarrollo de la I Región del país, una región extrema del largo territorio chileno - distantes 2 mil kilómetros de Santiago, la capital - y que en ese momento atravesaba por una grave crisis económica. Al poco tiempo de su creación, esta Zona Franca se convirtió en el motor de desarrollo de la ciudad de Iquique, convirtiendo al comercio en la principal actividad de la zona y permitiendo el desarrollo de muchas actividades anexas relacionadas con la actividad de la Zona Franca. Los objetivos básicos de la Zona Franca de Iquique fueron: Agilizar el comercio exterior; Rebajar costos de los productos extranjeros; Crear empleos en el comercio, industria y servicios; Permitir el traspaso de tecnología extranjera; Impulsar la inversión privada.

Con la llegada del progreso a Iquique se solucionó el grave problema que significaba tener una aducción de agua potable muy antigua, que se rompía a menudo, y que a veces dejaba a toda la población iquiqueña residente sin el vital elemento. Se construyó una nueva que permitió tener las 24 horas del día el problema solucionado, a la vez creció la ciudad en construcción. La misma Zona Franca que ocupaba un espacio reducido en Lynch, con unos “gallineros” en vez de galpones, que permitían almacenar muy poca mercadería, dieron paso a las nuevas instalaciones que hoy ocupa Zofri S.A.. Y no solamente eso, basta recordar que el actual estadio Tierra de Campeones se construyó en el último tiempo de gobierno de Augusto Pinochet, construcción que quedó inconclusa al entregar el gobierno la administración militar, y que fuera terminada por el alcalde Jorge Soria Quiroga.

No se puede desconocer que Iquique treinta y tres años después de lo que es para unos “pronunciamiento militar”, y para otros “golpe de estado”, Iquique ha cambiado. Pablo Daud nos decía que hay que reconocer los beneficios que Augusto Pinochet, hombre que amó mucho esta ciudad, y que vivió en ella en dos etapas de su vida, y que la historia con el paso del tiempo le hará justicia a quien siempre deseó lo mejor para este puerto. Arturo Quenaya, nos contaba que se hizo amigo de él cuando era general de VI División de Ejército y caminaba por calle Latorre entre Obispo Labbé y Ramírez, donde compartían una grata conversación puntual, amable, e informal, en suma guardan muy buenos recuerdos del tiempo en que lo conocieron y lo trataron. También nos contaban de cuando venía a Iquique siempre tenía amigos a quienes visitaba personalmente sin previo aviso, como Leonardo Solari Alcota, el cónsul de Italia Enrique Lombardi, y Raúl Villalobos López, dueño de Librería Cervantes, a quien se le dejaba caer en la librería y en la casa, con la complicación de su guardia de seguridad.

Conozcamos lo que opinaron estos tres “jóvenes iquiqueños”, que lo recuerdan con cariño:

DOCTOR JUAN FRANCIA PÉREZ

Este “muchacho” confiesa tener 97 años, y que espera estar vivo para el bicentenario porque se encuentra en perfectas condiciones, incluso aún trabaja en su consulta de Orella con Vivar, nos mostró sus “joyitas” de la consulta que ya se las quisiera cualquier anticuario. Son equipos que están en perfectas condiciones los ocupa para su clientela que mantiene. Amable, nos cuenta que conoció a Augusto Pinochet cuando llegó a Iquique en la primera vez, porque él era empleado civil del ejército por su profesión de médico oftalmólogo (antes se les decía oculista). Lo recuerda soltero, comandante del regimiento Carampangue que estaba ubicado en Riquelme - M.Rodriguez - Amunátegui - J.Martínez.

Dice que compartían mucho pero siempre en dependencias del regimiento, partió conociendo a los oficiales del regimiento, para después hacerse amigo de quien era el comandante, nos habla de los años cuarenta cuando Iquique era una “caleta”. Nos habla de bonitas “onces” de amena conversación, su afán por los libros, sobretodo de historia de Chile, latinoamericana y mundial, la amistad con personas cultas, la buena relación con los doctores Reyno y Sierralta, tres “lolos”, uno de ellos fallecidos (Dr. Reyno).

Dice que llegó como teniente, se fue como capitán, llegó después como general entre 1968 y 1971. Como parece que se juntaban en un club de Tobys, nunca trató mucho con la sra. Lucía Hiriart, ya que las mujeres tenían su propio centro de damas.

Cuando supo la noticia se sintió muy afectado, por los buenos momentos que tuvieron en dos momentos de su vida, y deje el mensaje de lo que hizo por esta ciudad, en la que destaca la creación de la Universidad Arturo Prat, que creó junto a la ministra de entonces Mónica Madariaga. En la balanza de las cosas buenas y malas, dice que se debe recordar siempre lo que hizo por engrandecer esta ciudad.

DOCTOR RAÚL SIERRALTA ESCOLA

Este otro “muchacho”, nació en Copiapó hace noventa y nueve años. Dice que fue un “gran” amigo de Augusto Pinochet, no porque llegó al grado de coronel como médico militar, y que de acuerdo a lo ofrecido en su momento de trabajar en el Hospital Militar con grado de general rechazó para quedarse en Iquique, ya que se encariño con esta ciudad, y a su trabajo como urólogo del hospital con el 4to. piso completo a cargo de él (hombres y mujeres). Recuerda que después de haberse titulado se fue a Europa, se especializó en enfermedades venéreas que eran muy comunes en esos tiempos, después de un año en París llega de vuelta para “hacerles clases” a quienes fueron sus profesores, ya que sus conocimientos estaban muy adelantados en ese momento.

Dice que en los años cuarenta cuando el presidente de entonces Gabriel González Videla aplicó la Ley de Defensa de la Democracia, a Augusto Pinochet le correspondió estar a cargo de los detenidos en Pisagua, y que como tal estuvo siempre pendiente de los problemas médicos de los detenidos. El Dr. Sierralta manifiesta que los remedios que solicitaba para los detenidos de entonces el capitán Pinochet los solicitaba, y que eso le dio muy buena imagen de él.

Recuerda al igual que el Dr. Francia su caballerosidad, buen trato, para las personas en general, lo considera cariñoso, nada de ostentar el grado que tenía por sobre sus subalternos. También de alguna forma dice haber sido su médico personal, y que cuando lo iba a ver era atendido personalmente por la sra. Lucía Hiriart, pero que en general era un hombre que gozaba de buena salud, a la vez atendía toda su familia. Reitera el buen humor que lo caracterizaba, su pasión por la lectura, sobretodo por la historia mundial, americana y de Chile.

Destaca que más de una vez fue intendente subrogante, y que trabó una buena amistad con el ex intendente Alejandro Soria Varas, quien lo dejaba en ese cargo cuando se ausentaba de la ciudad.

Nos mostró un texto dirigido a su viuda que va enviar por “telegrama” que dice lo siguiente: “Sra. Lucía Hiriart. Desde lo más profundo de mi alma, lamento la muerte de mi amigo Augusto Pinochet. Doctor Raúl Sierralta”.

RAÚL VILLALOBOS LÓPEZ

Es el tercer “muchacho” que entrevistamos tiene 83 años o sea el más "joven" de los tres, y según varios contactos de los amigos era el más cercano, se conocieron cuando don Raúl trabajaba en el Banco Español, se pasaban a buscar, caminaban hacia la plaza Prat. En esos años también tenía un kiosko en Tarapacá al llegar a Ramírez, llamado “Librería Cervantes”, en donde ese joven teniente que un día se fue de la ciudad como capitán pasó al momento del cierre de la jornada de su kiosko para despedirse. Se reencontró con él entre 1968 y 1971 cuando Augusto Pinochet ya general y a cargo de la VI División de Ejército regresó a Iquique. Posteriormente, entre 1974 hasta el año 2003 cuando venía a la ciudad siempre pasaba a su librería que ahora estaba frente a la Plaza Prat a saludarlo y a comprar libros.

Manifiesta don Raúl que siempre le encargaba libros de historia de América que siempre traía de Bolivia y otros países especialmente para él. Tiene anécdotas notables como cuando iba a verlo a su casa en calle Baquedano, y como iba con un buen séquito de guardias obviamente primero revisaban ellos el lugar donde estaría el general, obviamente causaba expectación en el barrio y en la casa de don Raúl. La última que estuvo en su casa fue hace tres años, pero ya su movilidad no era la misma, caminaba apoyado en un bastón, caminaba muy lento, más gordo, y tenía problemas de audición.

Sus recuerdos apuntan a un Pinochet, culto, amigable, que también lo designó alcalde de Pozo Almonte aproximadamente en 1975, cargo que no le gustaba mucho, porque tenía que subir todos los días de Iquique a Pozo, y tenía que recorrer los pueblos del interior y era muy malo para viajar. Finalmente nos mostró un cuadro con una foto del general Pinochet dedicada a él que guarda con mucho afecto.

Como nos manifestaron estos tres “jóvenes”, amigos del fallecido general Augusto Pinochet, él era un gran enamorado de Iquique, que le dio mucho a la ciudad que lo cobijó en dos oportunidades, quizá por lo mismo cuando para el plebiscito de 1988 se enteró que Iquique también le había dado vuelta la espalda, su desilusión fue muy grande.

1 comentario:

MBM dijo...

Excelente reportaje, muy elegante la forma de describir y totalmente objetivo. Felicidades.