La Fiscalía presentó al médico legista Pedro Iriondo, quien declaró por más de tres horas, y quien señaló que si bien la causa de la muerte es indeterminada, puede descartar casi la mayoría de enfermedades pulmonares y cardiacas, y varias digestivas que podrían haberle causado la muerte. También señaló como poco probable que haya muerto por hipotermia o deshidratación, y que sí era posible que haya fallecido producto de una sobredosis de insulina, lo que le habría causado un coma diabético. También señaló que por la posición en que se encontró el cadáver debió ser dejado allí por dos personas a lo menos.
Luego declaró el perito toxicológico Claudio Lobos, quien señaló que dada la putrefacción de las muestras tomadas del cadáver de Cappona no se pudo encontrar cantidad suficiente de ningún tóxico.
Luego declararon los testigos reservados 1, 2, 4 y alfa, quienes son personas cercanas a Dinator Pizarro y dos de ellas señalaron que estando con Buccioni el día de la detención de Pizarro, oyeron cuando Buccioni decía por teléfono que "nadie vio nada, que no había testigos" y que ese mismo día y al siguiente, estuvieron con el Theo, quien dijo que Pizarro no tenía nada que ver con la muerte, que todo lo había hecho Buccioni y que le había dado a Cappona tabletas de diazepam y le inyectó insulina.
Por último declaró una testigo que conoció Capppona en el 2003 por temas esotéricos y religiosos y que intentó ayudarlo a vender el terreno de El Carmelo, momento en que apareció Buccioni y convenció a Capona que no vendiera. Ella “tb.” fue quien le compró una grabadora para que grabara sus tratos económicos. Antes de dejar de verlo (2204), Cappona le pasó los títulos de dominio de los terrenos para que se los guardara, ya que temía que lo mataran.
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