martes, junio 05, 2007

“LA PLANTACIÓN DE TAMARUGOS ES SIMILAR AL PROYECTO NUEVA ARMERIA”

Jaime Valenzuela, presidente Comisión Medio Ambiente del Core

El presidente de la comisión de Medio Ambiente del Consejo Regional, Jaime Valenzuela, sostuvo que basta con visitar el terreno para darse cuenta que la Sociedad Agrícola Raíces del Desierto descuidó las plantaciones de tamarugos, una acción que ya había denunciado en el 2005.

El consejero regional, Jaime Valenzuela, advierte que los tamarugos son verdaderas bombas extractoras de agua, y que para su proliferación, deben consumir el recurso apozado en el subsuelo, ya que sus raíces pueden alcanzar un tamaño que oscila entre 8 y 9 veces su altura en la superficie.

“Si a eso se adiciona que el proyecto presentado por la Sociedad Agrícola Raíces del Desierto está emplazado en una zona en que las napas subterráneas han bajado una enormidad por la aducción de El Carmelo, era poco factible que tuviera éxito, una situación que fue informada en su debido momento a los ejecutores del proyecto por los mismo organismos del Estado encargados de los temas de recursos hídricos de la región”, explicó Valenzuela, quien explicó que los inversionistas se tentaron con el beneficio, y a pesar de no prestar mucha atención a las debilidades de los argumentos técnicos sobre el sector, intentaron de todas formas cobrar la bonificación.

“No basta con plantarlos, cobrar y olvidarse, por que después de devolverse a Santiago era muy probable que los arbustos se secaran si es que no les prestaban atención, y eso es lo que en definitiva pasó con el 60% de las especies, pero afortunadamente las autoridades de Conaf hicieron bien su pega, y con mucho profesionalismo, no dejaron que la empresa cobrara el beneficio de bonificación de acuerdo al dl 701/74 de fomento forestal”.

Ahora bien, Valenzuela explicó que los ejecutivos de la sociedad dijeron en octubre del 2005, cuando se destapó el conflicto, que invertirían 5 millones de dólares en la plantación de 400 mil tamarugos y algarrobos, y que al quinto año contarían con 6 mil cabezas de ganados para la producción de finos quesos, un hecho que ya se percibe como escasamente probable.

“Una situación similar ocurrió con el proyecto Nueva Armeria, por cuanto el Gobierno entregó 20 mil hectáreas para agricultura de exportación en el desierto, y a casi cinco años, sólo se tienen del orden de 12 hectáreas con diversos tipos de productos como melones y zanahorias, y los agricultores de la zona no se explican por qué ellos tienen que comprar tierras, pagar sus impuestos, invertir en extracción de aguas, y además competir con estas empresas que casi les regalan los terrenos y son incapaces de producir lo que alguna vez prometieron”.

Finalmente Valenzuela hizo un llamado para que se “baje” este nivel de competencia desleal, principalmente por el bien de los trabajadores de la región. “La idea no es ahuyentar la inversión privada, pero estos dos ejemplos son categóricos para darse cuenta que no se deben conceder regalías. Vale mucho más invertir en los agricultores de las micro y pequeñas empresas que verdaderamente están produciendo en pleno desierto, entregando mano de obra y fortaleciendo la identidad regional”.

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