La Sala aprobó en forma unánime un proyecto de acuerdo en el que solicitan una serie de medidas de ayuda en el ámbito educacional en beneficio de las zonas afectadas por la catástrofe natural.
Suspender transitoriamente el proceso de evaluación docente a los profesores de las comunas y regiones más afectadas por el terremoto y maremoto; y establecer un reforzamiento general que permita a los estudiantes de esas zonas rendir la PSU en igualdad de condiciones, son algunas de las medidas que el Senado pidió implementar al Ejecutivo.
Esto, al aprobar en forma unánime un proyecto de acuerdo presentado por los senadores Ximena Rincón, Guido Girardi, Jaime Quintana y Fulvio Rossi, donde solicitan implementar una serie de medidas de ayuda en el ámbito educacional en beneficio de las zonas afectadas por la catástrofe natural.
Entre las medidas se contempla la de establecer un subsidio para el pago de la inscripción en un pre-universitario y en la PSU de todos aquellos estudiantes de cuarto medio que lo requieran, especialmente de la educación municipalizada de las comunas más damnificadas.
También se solicita al Ministerio de Educación que diseñe y concuerde, mediante un diálogo con los planteles de educación superior, un mecanismo que permita asegurar la asignación de becas para todos aquellos estudiantes con buenos puntajes de comunas afectadas por el terremoto y el maremoto cuyas familias no estén en condiciones de solventar sus gastos de estudios.
FUNDAMENTOS
Entre los fundamentos de esta petición, los senadores recuerdan que la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU estimó que los establecimientos educacionales operando con restricciones en la Región del Biobío alcanzan a un 47% del total, mientras que los que no están habilitados para funcionar debido a los daños llegan al 22%, con la consecuente afectación del proceso educativo.
Agregan que en lo referido a la evaluación docente, el objetivo de los profesores de la Región del Biobío no es eludir ese proceso, sino postergarlo en atención a los daños materiales que sufrieron tanto profesores como alumnos y a los efectos psicológicos que persistirán en los alumnos y en los maestros por largo tiempo.
Asimismo, sostienen que en el caso de quienes rinden la PSU, si ya antes del terremoto existía la percepción de que la evaluación no daba cuenta de las diferencias iniciales entre los establecimientos educacionales municipalizados y particulares subvencionados respecto de los particulares pagados, un proceso educativo precario derivado del terremoto y la imposibilidad de parte de las familias afectadas de financiar un pre-universitario incrementarán todavía más la brecha, poniendo en riesgo el acceso a las carreras escogidas por parte de los estudiantes.
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