Para reconocer su trabajo de más de 16 años en Iquique
A quien, silenciosamente, ha desarrollado un trabajo con niños en situación de calle y que hoy, ha reorientado su labor en una institución que protege a niños vulnerables socialmente, el directorio de la fundación Niños en la Huella, rindió un homenaje al hermano Paul Oden.
Hasta el salón “Jorge Iturra Peña”, llegaron autoridades, empresarios y comunidad en general para participar del reconocimiento del religioso alemán, que lleva más de 16 años trabajando en Iquique.
El encargado comenzar la ceremonia fue el Obispo de Iquique, Monseñor Marco Órdenes, quien precisó que lo conoció cuando recién la fundación comenzaba. “Recuerdo las reuniones en el obispado, yo en una pizarra haciendo preguntas para tratar de entender el organigrama de ese momento, que diría que esencialmente, era el hermano Paul, con sus características, su carisma y con toda su capacidad de trabajo”, dijo.
Otro de los que destacaron la obra del hermano Paul, fue el usuario de la Zona Franca y ex presidente de la fundación Niños en la Huella, Erwin Schneuer.
Asimismo, lo hizo el presidente actual de la fundación iquiqueña, Francisco Romero, quien recalcó que “es necesario hacerse responsable por la obra del Hermano Paul, dándole continuidad. El esfuerzo de él fue levantarla. Hoy es nuestra tarea es mantenerla y proyectarla. La comunidad iquiqueña debe sentirse parte de ella y apoyarla”.
En la ocasión se presentó un adelanto de lo que será un documental con la historia de la fundación Niños en la Huella.
El religioso de la Congregación de Misioneros del Verbo Divino, recibió un galvano y como regalo, una réplica de pino oregón de la fachada de su casa, la cual se ha transformado en una comunidad que lleva el nombre de “El Rubio”, en calle O’Higgins 1060.
Como una manera de comenzar una nueva etapa en la fundación, bajo el ejemplo vivo del Hermano Paul Oden, el presidente del directorio de la institución, hizo entrega de cuadros con la imagen del religioso a las directoras de sus ocho centros.
Para finalizar el homenaje, tres funcionarias de la institución y más dos integrantes del conjunto de danza artística Whiphala, presentaron un baile dedicado a la figura del Hermano Paul. La coreografía se sustentó en el tema musical “Razón de Vivir” del cantante y compositor argentino Víctor Heredia.
A quien, silenciosamente, ha desarrollado un trabajo con niños en situación de calle y que hoy, ha reorientado su labor en una institución que protege a niños vulnerables socialmente, el directorio de la fundación Niños en la Huella, rindió un homenaje al hermano Paul Oden.
Hasta el salón “Jorge Iturra Peña”, llegaron autoridades, empresarios y comunidad en general para participar del reconocimiento del religioso alemán, que lleva más de 16 años trabajando en Iquique.
El encargado comenzar la ceremonia fue el Obispo de Iquique, Monseñor Marco Órdenes, quien precisó que lo conoció cuando recién la fundación comenzaba. “Recuerdo las reuniones en el obispado, yo en una pizarra haciendo preguntas para tratar de entender el organigrama de ese momento, que diría que esencialmente, era el hermano Paul, con sus características, su carisma y con toda su capacidad de trabajo”, dijo.
Otro de los que destacaron la obra del hermano Paul, fue el usuario de la Zona Franca y ex presidente de la fundación Niños en la Huella, Erwin Schneuer.
Asimismo, lo hizo el presidente actual de la fundación iquiqueña, Francisco Romero, quien recalcó que “es necesario hacerse responsable por la obra del Hermano Paul, dándole continuidad. El esfuerzo de él fue levantarla. Hoy es nuestra tarea es mantenerla y proyectarla. La comunidad iquiqueña debe sentirse parte de ella y apoyarla”.
En la ocasión se presentó un adelanto de lo que será un documental con la historia de la fundación Niños en la Huella.
El religioso de la Congregación de Misioneros del Verbo Divino, recibió un galvano y como regalo, una réplica de pino oregón de la fachada de su casa, la cual se ha transformado en una comunidad que lleva el nombre de “El Rubio”, en calle O’Higgins 1060.
Como una manera de comenzar una nueva etapa en la fundación, bajo el ejemplo vivo del Hermano Paul Oden, el presidente del directorio de la institución, hizo entrega de cuadros con la imagen del religioso a las directoras de sus ocho centros.
Para finalizar el homenaje, tres funcionarias de la institución y más dos integrantes del conjunto de danza artística Whiphala, presentaron un baile dedicado a la figura del Hermano Paul. La coreografía se sustentó en el tema musical “Razón de Vivir” del cantante y compositor argentino Víctor Heredia.
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