El
presidente de la Cámara de Comercio de Iquique, Rafael Montes, valoró la
intervención del Ministerio del Interior, a través de la Subsecretaría de
Prevención del Delito, que presentará dos indicaciones a la nueva Ley de
Casinos, para facilitar la eliminación de las maquinas tragamonedas.
Hace
apenas tres meses, el gobierno anunció que enviaría durante el primer semestre
de este año un proyecto de ley para regular el creciente negocio de las máquinas
tragamonedas de barrio. Sin embargo, su opinión dio un giro radical.
“Es
altamente valorable que ahora el Ejecutivo haya definido el camino opuesto,
optando por erradicar completamente esta actividad, al comprometerse a eliminar
las tragamonedas que operan fuera de los casinos legalmente habilitados”, dijo
el dirigente gremial.
Añadió
que, de acuerdo a un proceso de recopilación de antecedentes -tanto a nivel
internacional como nacional-, se optó por echar pie atrás a la medida anunciada
y centrarse en hacer cumplir la ley vigente, que prohíbe específicamente la
operación de máquinas de azar fuera de los casinos establecidos.
Agregó
que ahora, la coordinación para eliminar aquellos aparatos fuera de los
casinos, y que no sean de destreza, estará en el Ministerio del Interior y,
particularmente, en la Subsecretaría de Prevención del Delito. "Mi
posición coincide con la del Ministerio del Interior que es muy clara en cuanto
a que esto produce daños. Por lo tanto, es muy buena la decisión de hacer cumplir
la ley", detalló.
Según
cifras oficiales, actualmente funcionan cerca de 200 mil tragamonedas de
barrio, veinte veces más que las máquinas operadas por los casinos. Incluso,
uno de los gremios que agrupan a este sector (Fiden), estima que hay 700 mil máquinas
operando en el país.
“Lo
más grave de los tragamonedas son los efectos nocivos aparejados a esta
actividad no sólo se traducen la ludopatía que puede afectar a las personas. Si
bien las tragamonedas son los que más la favorecen, también se ve que aumentan
los delitos en torno a estos negocios, donde participan menores, se vende
alcohol y hay una mayor violencia, entre otros aspectos", señaló.
El
negocio de las tragamonedas de barrio ha tenido, además, externalidades
negativas, desplazando a comercios tradicionales (de alimentos, por ejemplo),
dado que estos productos pagan todos los impuestos para poder venderse.
Adicionalmente,
a diferencia de las tragamonedas de barrio, los casinos tienen una serie de
barreras o regulaciones que los hacen distintos. Primero, porque no pueden
jugar en ellos personas menores a los 18 años y, segundo, porque también existe
un porcentaje garantizado mínimo de devolución de las apuestas de las personas
(que está fijado en torno al 85%), cifra que puede ser incluso mayor según las
determinaciones del operador.
INDICACIONES
Para
enfrentar de manera más agresiva este negocio, la subsecretaría enviará dos
indicaciones para ser incorporadas en la nueva Ley de Casinos.
La
primera de ellas dice relación con que no se permita ninguna máquina que
entregue dinero en efectivo u objetos que sean canjeables en dinero. Los
operadores de estos aparatos se han amparado en la complejidad que implica
acreditar si una máquina es de azar o de destreza, enfatizando que son del
segundo tipo, para poder operar. Ahora, con esta incorporación en la ley se
acota más el espectro.
La
segunda indicación implica que toda máquina que quiera operar en el país tendrá
que contar con un sello de la Superintendencia de Casinos que acredite que es
de destreza y no de azar. "Esto hará el trabajo más fácil para la entidad
fiscalizadora", concluyó.
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