La
máxima autoridad provincial Claudio Vila, conoció en terreno las
consecuencias ocasionadas por los terremotos
del 1 y 2 de abril en el templo católico pocino, cuyas dependencias como el
comedor Padre Hurtado y las salas comunes resultaron dañadas, además de algunas
figuras religiosas.
Así se lo dio a conocer la hermana Noemí Luna,
quien lo guió por el establecimiento. El gobernador atestiguó los daños en el
cielo y paredes del comedor. Dentro del templo, que permanece cerrado para el
público, por el peligro que se desplome el frontis, vio con pesar como muchas
figuras religiosas resultaron totalmente quebradas. Al finalizar la visita la
autoridad entregó a las religiosas 20 cajas de alimentos,
además de 240 litros de agua y 40 frazadas.
Con el fin de refaccionar y volver a sus
operaciones el inmueble el gobernador se comprometió a buscar con el episcopado
iquiqueño y algunas empresas privadas los recursos necesarios para volver a la
normalidad. Esfuerzos que se suman al compromiso del municipio que también
gestiona recursos, informó la religiosa.
La hermana Noemi Luna, junto con agradecer la
ayuda entregada por la autoridad, informó que se las misas y el comedor se
trasladó al lado del templo por calle Balmaceda.
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