Festividad congregó a más de 10 mil peregrinos en sus
tres días de celebración
Pena por dejar el
poblado de La Tirana, manifestada en una cacharpaya de despedida, fue la que
expresaron los bailarines de las 12 cofradías que llegaron hasta la localidad,
para la celebración de la Epifanía del Señor o Pascua de los Negros.
En el lugar, se
escuchaba “cacharpayita, cacharpayita… Hasta el otro año”, con voces quebradas
ante la emoción de dejar a la imagen de Niño Jesús que ellos veneran con
devoción desde antes que el territorio pasara a ser chileno y que hoy intentan
rescatar con más fuerza aún.
Los alféreces del
pueblo reconocieron la labor de cada uno de los bailarines, quienes no
importando el incesante sol, pudieron efectuar los tradicionales bailes y
visitas a los pesebres de los tiraneños que prepararon con esmero la llegada
del pequeño Jesús.
Monseñor Guillermo
Vera, quien por primera vez vivió lo que fue la celebración en el poblado,
manifestó que “debemos alegrarnos, ya que la fe de los mayores, la tradición de
que Dios está vivo se manifiesta en donde familias enteras rinden homenaje al
Niño Dios y llamo a que se cuiden estas tradiciones que nos identifican como
pueblo cristiano creyente y que sepamos transmitirlas a las nuevas
generaciones”.
Antes de la
Cacharpaya, que recorrió los alrededores de la iglesia, se efectuó la
celebración del Día de la fiesta, a las 10.00 horas en el Santuario, a la que asistieron más de
dos mil personas, entre bailarines y fieles, los que después partieron en
procesión por las calles del pueblo con la imagen del Niño Jesús, desde 16 de
Julio, pasando por Circunvalación, Eleuterio Ramírez, hasta llegar al mismo
templo, en una marcha que duró cerca de tres horas.
Luego de eso, a las
16.00 horas, comenzó la adoración del Niño Jesús por los bailes, quienes por
120 minutos efectuaron cantos al pequeño en el pesebre preparado dentro del
santuario. El más significativo de ellos fue el de los pastores de La Huayca,
quienes aún cantan con la mandolina, instrumento centenario que ocupan desde
1875, cuando comenzaron a bailar para el pequeño Jesucristo.
“Este instrumento es
tradicional en el baile del Niño Dios, es lo autóctono. Ahora han salido los
lakas, pero la mandolina es el que siempre se ha tocado. Es una tradición que
yo heredé de mis abuelos, mi padre y ellos de los mismos y creo que no puede
morir, ya que después de mí, vienen mis hijos a tocar el instrumento”, dijo
Luis Zavala, músico de La Huayca.
Vísperas
En total llegaron más
de 10 mil personas en los días de celebración, donde el punto máximo de gente
reunida fue en las vísperas celebradas en la noche del 5 de enero, a la que
llegaron más de 5 mil personas a participar de la misa, la que fue oficiada por
monseñor Guillermo Vera, donde anunció que llegaría un sacerdote para hacerse
cargo del poblado de La Tirana, pero no indicó en qué fecha se concretaría la
estabilización del prelado.
Aquella noche,
también se realizó la tradicional ceremonia de ronda al Niño Jesús, donde los
bailes saludaban y arrullaban al pequeño, además hubo celebración con fuegos de
artificio, proporcionados por el municipio de Pozo Almonte y el reparto de chocolate, ponche y pan de
pascua para todos los presentes en la actividad.
A la vez, el número
de imágenes del niño Jesús en custodia aumentó a 1.285 en toda la festividad
que pasó y que para el 2016 dejó como alféreces a los integrantes de la familia
Challapa Moscoso, tras el paso del Centro de Hijos de La Tirana, quienes este año
cumplieron la función de hacerse cargo de la festividad patronal del pueblo de
la Carmelita.
#Iquique
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