El Índice Mensual de Actividad de la Construcción (IMACON) registró en diciembre un retroceso anual de
2%, con lo cual acumuló un crecimiento prácticamente nulo en 2014 respecto de
2013.
Según Javier
Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC)
“antecedentes de la demanda de materiales para la construcción y la
contratación de mano de obra continúan dando cuenta del debilitamiento que
experimenta la actividad sectorial, coherente con la escasa iniciación de
nuevos proyectos de inversión, principalmente en los sectores de la minería y
energía, ambos altamente incidentes en el gasto total en construcción”.
Por su parte el
Presidente de la CChC Iquique, Patricio Pavez, explicó que “la caída del INACON en la región de Tarapacá
está en línea con la tendencia descendente del INACER, toda vez que la
actividad de la construcción está determinada por la maduración de las
inversiones regionales del sector minería y la escasa inversión en energía”.
“Es esperable que este
descenso se acentúe durante este año producto del deterioro en las expectativas
económicas tanto de inversionistas como consumidores, especialmente en la
construcción y venta de viviendas”, agregó Pavez.
Con la cifra
de diciembre, el crecimiento anual del indicador se ha mantenido por casi un
año bajo su tasa promedio histórica de 4,9% anual[1],
en línea con el deterioro de la confianza empresarial del sector construcción
(medida por el IMCE), que se mantiene en la zona pesimista desde febrero del
año pasado.
Análisis subcomponentes del IMACON
La contratación
de la mano de obra –corregida por los efectos estacionales y calendario– disminuyó
3,1% anual en diciembre, retomando así las fuertes caídas observadas en el
trimestre julio-septiembre. Hurtado señaló que “ello significó una merma de 20,7
mil puestos de trabajo en doce meses. Al descomponer el empleo en sus dos agrupaciones
(asalariado y cuenta propia), se observa un persistente deterioro de su
calidad. Particularmente, el empleo dependiente retrocedió 5,6% anual en diciembre,
lo que significó una pérdida de 27,4 mil plazas de trabajo en doce meses[2].
Mientras, los ocupados por cuenta propia, presentaron un incremento de 3,5%
anual durante el mes, es decir, se incorporaron 6,7 mil trabajadores
independientes al sector –mitigando así una mayor caída en el empleo total de
la construcción”.
Con relación
a la demanda de materiales para la construcción, el índice de despachos de
materiales –que aproxima la demanda de materiales de obra gruesa– continuó descendiendo
(-19,8% anual en diciembre), en línea con la incesante pérdida de dinamismo de
los despachos de cemento y las barras de acero para hormigón. En tanto, las ventas
reales de proveedores exhibieron en igual mes un crecimiento de 3,9%.
La actividad
de contratistas generales (CCGG) –medida en trimestre móvil
desestacionalizado– retrocedió por cuarta vez consecutiva (-12,6% anual), al
mismo tiempo que acentuó su desaceleración en el margen (-2,3% en diciembre), coherente
con la caída en la actividad de movimiento de tierras y el menor desarrollo de obras
civiles y montaje, ítem altamente incidente en la composición de este
subcoponente.
El gerente
de Estudios de la CChC explicó que “de lo anterior se prevé que la ejecución de
nuevos planes de inversión continuará siendo insuficiente para reponer aquellos
proyectos que actualmente concluyeron o se encuentran en su etapa de término de
obras, tal como lo manifestaron los empresarios del sector construcción,
contenidas en el más reciente Informe de Percepciones de Negocios (IPN) elaborado
por el Banco Central.
En tanto, la
aprobación de permisos para la edificación -medidos en m2 y
expresados en promedio móvil de tres meses desestacionalizado- experimentó un importante
avance de 34,9% anual, consistente con la mayor superficie autorizada para la
edificación habitacional y no habitacional (industria, comercio y
establecimientos financieros).
Según
Hurtado, “el persistente dinamismo experimentado por la superficie autorizada se
debe, entre otros factores, al efecto estadístico de menor base de comparación,
ya que en 2013 el indicador promedió una contracción de 26,6% anual. Otra
explicación subyace en el agotamiento de permisos anteriores y la toma de posición
futura[3], toda vez
que los permisos pueden ser almacenados hasta tres años antes de su ejecución”,
agregó Hurtado.
Fuente: CChC, Nota: Los crecimientos
están basados en promedios móviles de tres meses desestacionalizados.
INACOR DE DICIEMBRE
En diciembre
la actividad de la construcción de la mayoría de las regiones continúa
desacelerándose, en línea con el deterioro del mercado laboral y los menores
despachos de materiales para la construcción de obra gruesa.
Esta
situación es coherente con el debilitado encadenamiento productivo hacia el
sector construcción, principalmente en la zona norte, debido a la
maduración del ciclo de inversiones mineras hechas en años anteriores, seguido
por las menores iniciativas de inversión del sector energía.
Asimismo,
las menores iniciativas de inversión privada en la zona sur del país se
han tornado insuficientes para compensar los niveles de actividad observados en
años anteriores, exacerbando así el efecto de las mayores bases de comparación en
el comportamiento del indicador regional.
En la zona
centro, el IPN señala que los menores ingresos laborales reales y las
mayores dificultades de acceso al crédito hipotecario han desincentivado la
demanda por vivienda, lo que ha restado dinamismo al sector inmobiliario.
Con todo, las
regiones de Antofagasta, Valparaíso, O’Higgins y Bío-Bío anotaron las mayores
contracciones (-6,6%, -10,9%, -5,1% y -7% anual, respectivamente) en el INACOR
de diciembre, debido, entre otros factores, al efecto de base de comparación
más exigente y a la escasa o nula inversión productiva que permita renovar la
cartera de proyectos que se habría materializado o se encuentra en su etapa de
terminación de obras.
#Iquique
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