Por: Patricio Pavez Soto, Presidente CCHC
Iquique
El proyecto de
Reforma Laboral plantea, en uno de sus puntos, la ampliación de la negociación
colectiva a trabajadores por obra o faena. Esto, es una medida que puede afectar
negativamente al sector construcción, ya que, desconociendo ampliamente la
realidad del sector y sus trabajadores, promueve la formación de sindicatos y
la negociación colectiva, aspectos en los que nuestro gremio posee un tratamiento muy disímil al resto de actividades económicas
(retail, comercio, minería, etc).
La
construcción es una actividad transitoria, donde los proyectos, en promedio,
duran 12 meses y las faenas que componen cada uno de ellos se pueden extender,
incluso, por menos tiempo. Por eso, el tipo de contrato más común en el sector es
el contrato por obra o faena, cuya duración fluctúa en torno a los 6 meses.
De ahí que,
al no existir una relación de largo plazo, la presencia de sindicatos en el
sector es muy baja y en su mayoría los trabajadores no negocian colectivamente,
aunque sí lo hacen de manera individual en cada obra a la que se incorporan.
Esto ha sido favorable para ellos y queda demostrado en que entre el 2004-2014
las remuneraciones del sector aumentaron 55% vs. 33% del promedio nacional.
Sin embargo,
si se fuerza la formación de sindicatos
y la negociación colectiva, el costo de cada oficio tenderá a emparejarse,
independiente de la realidad de cada empresa y de la situación económica en
general. Y los más perjudicados serán las PYME del sector, las que tienen la
menor capacidad de adaptación, pero dan el 81% del trabajo en la construcción.
Comenzarán a perder contratos y progresivamente a quedar fuera de mercado, con
un efecto directo en empleo.
Por todo
esto, se debe considerar mantener un régimen especial para los trabajadores de
la construcción, tal como existe en otros países, en virtud de las características
propias de nuestro sector.
#Iquique
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