El Índice Mensual de Actividad de la Construcción (IMACON) registró en
marzo un aumento anual de 0,2%, cifra que por primera vez fue levemente
positiva después de nueve meses consecutivos de contracción.
Según Javier
Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC),
“el resultado de marzo se explica, en parte, por la actividad proveniente de la
ejecución de algunos permisos de edificación solicitados anteriormente”. No obstante lo anterior, agregó que “el indicador
aún se mantiene bajo su tasa promedio histórico de 4,6% anual[1],
coherente con una actividad sectorial que se ha mantenido relativamente estancada
desde mediados de 2014, producto de la insuficiente rotación de nuevos
proyectos de inversión, principalmente en los sectores de minería y energía,
ambos altamente incidentes en el gasto total en construcción[2],
de la caída del empleo en la industria y de la pérdida de dinamismo de
materiales de obra gruesa.
Por otra
parte, si bien las expectativas de los empresarios de la construcción –basado
en el IMCE sectorial- han mostrado signos de recuperación en los últimos meses,
aún permanecen en zona pesimista. Su percepción dependerá del efecto que tendrá
la política monetaria expansiva en la demanda, de las condiciones de acceso al
crédito del mercado financiero, de la incidencia esperada del mayor gasto
público comprometido para este año y de la capacidad del gobierno para entregar
mayores luces respecto del impacto en el mediano y largo plazo de la
implementación de las nuevas reformas.
Análisis de los subcomponentes del IMACON:
La contratación
de mano de obra –corregida por los efectos estacionales y calendario– disminuyó
2,4% anual en marzo, versus la contracción de 5,6% anual observada en febrero
pasado, lo que significó una merma de 16,2 mil puestos de trabajo en doce meses.
Al descomponer el empleo en sus dos categorías (asalariado y cuenta propia), continúa
observándose un deterioro de su calidad. El empleo dependiente retrocedió 7,2%
anual, lo que significó una pérdida de 34,3 mil plazas de trabajo en doce meses[3].
Mientras, los ocupados por cuenta propia, presentaron un incremento de 4,6%
anual durante el mes, es decir, se incorporaron cerca de 18 mil trabajadores
independientes al sector, mitigando, parcialmente, una mayor caída en el empleo
total de la construcción.
Con relación
a la demanda de materiales para la construcción, el índice de despachos
físicos industriales –que aproxima la demanda de materiales de obra gruesa–
continuó descendiendo (-11,7% anual en marzo), en línea con la sostenida pérdida
de dinamismo de los despachos de cemento[4].
En tanto, las ventas reales de proveedores aumentaron 5% en marzo.
La actividad
de contratistas generales (CCGG) –medida en trimestre móvil
desestacionalizado– retrocedió -5,3% en doce meses, coherente con el menor
desarrollo de obras civiles y montaje, ítem altamente incidente en la
composición del indicador de CCGG. Sin embargo, la actividad de movimiento de tierras
experimentó un alza por primera vez en casi un año de continuas variaciones
negativas en su evolución.
En tanto, la
aprobación de permisos para la edificación -medidos en m2 y
expresados en promedio móvil de tres meses desestacionalizado- continuó moderando
su ritmo de crecimiento anual durante marzo, debido, entre otros factores, al
efecto de bases de comparación menos favorables.
INACOR DE MARZO
En marzo la actividad
de la construcción de la mayoría de las regiones continuó desacelerándose o se
mantuvo relativamente estancada, en línea con el deterioro del mercado laboral
y los menores despachos de materiales para la construcción de obra gruesa.
Esta
situación es coherente con el debilitado encadenamiento productivo del sector
construcción, principalmente en la zona norte, debido a la maduración
del ciclo de inversiones mineras hechas en años anteriores. En la zona
centro, el IPN destaca la escasez de nuevos proyectos de inversión en
construcción durante 2015.
Con todo, el
INACOR de las Regiones de Antofagasta, Atacama, O’Higgins y Metropolitana
experimentaron las mayores contracciones durante el mes de marzo. Este
resultado se debe, entre otros factores, al efecto de base de comparación
exigente, a la escasa o nula inversión productiva que permita renovar la
cartera de proyectos que se habría materializado o se encuentra en su etapa de
terminación de obras, y al efecto aluvión en la zona norte del país.
Asimismo,
las menores iniciativas de inversión privada en la zona sur del país se
han tornado insuficientes para compensar los niveles de actividad observados en
años anteriores, exacerbando el efecto de las mayores bases de comparación en el
comportamiento del indicador regional.
#Iquique
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