Jorge Mas
Figueroa, Presidente Cámara Chilena de la Construcción
Desde su formulación, la reforma laboral
ha evidenciado dos graves debilidades: se basa en un diagnóstico errado –que desconoce
la realidad de los distintos sectores productivos y reduce la relación entre
empleadores y trabajadores sólo al conflicto– y no considera su impacto en el
crecimiento económico, suponiendo erróneamente que la sostenibilidad de las
empresas es una condición que no se ve afectada por modificaciones al marco regulatorio.
Lamentablemente, nada de esto ha
cambiado durante su tramitación legislativa. Por el contrario, sigue
favoreciendo un desequilibrio de poderes al interior de las empresas, limitando
los derechos de los empleadores y también de los trabajadores, en especial su
libertad de sindicalización.
Chile necesita una reforma laboral.
Pero no esta reforma, sino una que junto con proteger los derechos de los
trabajadores, amplíe el mercado del trabajo, como herramienta básica para la
superación de la pobreza, y facilite la incorporación al mundo laboral de
adultos mayores, mujeres y jóvenes.
Puede que sea tarde, pero apelamos a
la responsabilidad de nuestros legisladores para que finalmente el país cuente
con una legislación laboral moderna, equilibrada y que apoye el crecimiento
económico, condición necesaria para el desarrollo de las personas y del país.
#Iquique
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