martes, junio 07, 2016

Los desafíos en el año de la productividad

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Cornelia Sonnenberg, Gerente general Cámara Chileno-Alemana de Comercio e Industria – CAMCHAL

Siempre hace bien salirse de alguna manera de las trincheras habituales y tomar distancia de los complejos detalles del día a día. Y aunque no haya sido justamente un viaje de vacaciones, la posibilidad de participar como Gerente General de CAMCHAL en el encuentro mundial de las Cámaras alemanas en Berlín hace una semana atrás, me dio uno de estos respiros mentales que hacen tanta falta.

Más de 300 representantes de las 120 oficinas de cámaras de comercio e industria que existen en 90 países del mundo para apoyar a la industria alemana en sus actividades globales y promover el intercambio bilateral de productos, servicios, tecnologías y conocimiento se reunieron para enterarse de las últimas tendencias del desarrollo económico internacional y, por sobre todo, de los desafíos y oportunidades que implica la revolución industrial y digital actualmente en curso. Fueron 3 días de discusión con empresarios, autoridades públicas, gremios y académicos quienes aportaron miradas distintas que al volver a Chile, me siguen rondando la cabeza.

¿Cómo lograremos acá en Chile levantar la cabeza para enfocarnos en el futuro y definir los pasos que urgentemente deberían darse? ¿Cómo preparamos el país y su gente para enfrentar los tremendos cambios que se vienen con una velocidad nunca antes vista? ¿Cómo lograr un diálogo constructivo y auténtico de todos los actores relevantes en temas como crecimiento, cambios tecnológicos, contenidos de educación y formación, nuevos modelos de negocio sustentables?

¿Cómo construir visiones compartidas entre gobierno, empresariado y trabajadores, entre mundo privado y público? 

El año de la productividad declarado por el gobierno podría dar un tremendo paraguas para una discusión constructiva, si se entiende que sin mejora de la productividad no hay competitividad, no hay crecimiento sustentable y por ende no habrá progreso social ni mejora en la vida de la gente.

El hecho de que la productividad haya sido tomada con fuerza también por el lado gremial, nos asegura que existan las bases para una iniciativa público-privada amplia y nacional. Con ello tendríamos la base para lo que en Alemania llamamos “Pactos País”, grandes acuerdos con visión de país en los cuáles se fijan las líneas gruesas de esfuerzo común hacia un objetivo compartido.

Por ejemplo, a nivel nacional el “Pacto Pro Investigación e Innovación” que acompaña la Estrategia de Alta Tecnología alemana o el recientemente renovado “Pacto por la educación” en Bavaria, una instancia en la que de manera público-privada, gobierno y empresarios fijan las líneas de desarrollo y fomento de la educación y capacitación, asegurando que los contenidos del aprendizaje en todas las etapas del sistema educativo estén acordes a los desarrollos tecnológicos del futuro.

¿Será soñar demasiado si buscáramos aún en este año de la productividad en Chile un “Pacto por la formación técnica” que permita que se sientan juntos el mundo empresarial, estudiantil y sindical con el gobierno y que se integraran diversas iniciativas como, por ejemplo, “Mejora la técnica” para fijar las líneas de un trabajo mancomunado que asegure que este ámbito de la formación que determina prácticamente el futuro de la mitad de nuestros jóvenes se transforme en el campo fértil de una nueva manera de construir juntos un Chile mejor para todos?
#Iquique



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