martes, febrero 21, 2017

Obispo de Iquique junto a sus pares sostuvieron fraternal encuentro con el Papa Francisco

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Tras concluir el retiro espiritual que vivieron en Asís, los obispos chilenos se trasladaron el domingo 19 de febrero a Roma, para dar comienzo a la Visita Ad Limina entre el 20 y 28 febrero. 

Esta visita que todos los obispos del mundo realizan habitualmente cada cinco años, es una manifestación del profundo espíritu de comunión de los Pastores con el Papa, sucesor de san Pedro, junto al sepulcro del primer Papa de la Iglesia. La Visita Ad Limina es la expresión actual de esta íntima relación comunitaria.

La primera actividad de esta Visita Ad Limina 2017 fue, temprano por la mañana, la Misa en la basílica de San Pedro, presidida por Mons. Santiago Silva, Obispo Castrense de Chile y Presidente de la Conferencia Episcopal. En estas actividades es habitual que los Obispos celebren la Eucaristía en las cuatro basílicas mayores: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor.

Luego, a las 10 de la mañana hora de Roma, los obispos chilenos se reunieron con el Papa Francisco en audiencia colectiva en la Biblioteca personal en el Palacio Apostólico. 

Un cálido y extenso encuentro sostuvieron los obispos chilenos con el Papa Francisco, momento que marcó el primer día de la Visita Ad Limina de los purpurados. Nuestro Obispo de Iquique, Monseñor Guillermo Vera Soto, al saludar al Santo Padre le manifestó con gran alegría "le traemos el cariño de toda la gente y un regalo". En un primer momento, la audiencia con el Sumo Pontífice estaba programado para este jueves, pero sorpresivamente anoche se enteraron que se adelantaba para hoy. Compartimos con ustedes mensaje de nuestro Pastor desde la Sede Apostólica.

MENSAJE DE MONS. GUILLERMO VERA SOTO
“En la noche en la cena, se nos avisó que el Papa nos recibiría el lunes por la mañana, el encuentro con él estaba programado para el jueves, primera gran sorpresa”, relató el Obispo de Iquique desde Roma.

“Todos los obispos celebraron en la Tumba de San Pedro, sin duda algo emocionante. A las 10.15 pude saludar al Papa, cariñoso, acogedor, pedí la bendición para ustedes, le entregué un regalo, un hermoso libro, sobre el árbol que en nuestra cordillera crece a la altura más alta del mundo. Le dije: "Santo Padre, la vida también crece en la adversidad y es capaz de dar vida a otros, así como esta árbol, que ha calentado a generaciones y que ha dado cobijo en forma de hogar a tantos, en fin, un canto a la esperanza", el Papa lo agradeció mucho. Luego del saludo siguió el diálogo, durante dos horas y  media pudimos conversar libre y cariñosamente con el Papa. Impresiona lo informado que está, la capacidad de escucha y las orientaciones que da”, sostuvo Monseñor Guillermo Vera.
#Iquique

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