Claudia
Bustos Carpio, Seremi de Vivienda y Urbanismo
Hace unos días vimos con alegría como el
Congreso aprobó el proyecto que crea Ley sobre Transparencia del Mercado del
Suelo, una normativa que para muchos a lo mejor no dice nada, pero que en lo
concreto es un paso gigantesco y muy necesario en materia de ordenanza
territorial, es especial en zonas en donde la especulación de los terrenos hace
insostenible para el común de las personas poder adquirir una propiedad, tras
valores sobre dimensionados que no se ajustan a la realidad.
Es en ese contexto, en donde esta nueva
regulación contó con el apoyo transversal de la bancada parlamentaria, debido a
que se entiende que la ley impulsada por el ministerio de Vivienda y Urbanismo,
permitirá profundizar en la transparencia y participación ciudadana del proceso
de construcción del plan regulador; así como conocer claramente las reglas del
mercado y evitar especulaciones.
Podemos decir, entonces, que la espera de dos
años valió la pena. Hoy tenemos una ley que tiene tres ejes fundamentales. Por
un lado se aumenta la Transparencia y Participación frente a los procesos de cambio de los planes
reguladores; además de mejorar la eficiencia, oportunidad y justicia para establecer
la contribución de bienes raíces; junto a lo cual se considera un impuesto que
permite capturar una mayor parte del incremento del valor que experimentan los
bienes raíces en aquellos procesos de cambio de los Planes Reguladores que
incluyen una ampliación del límite urbano.
En definitiva, este instrumento data de mayor
transparencia, velando por interés de la comunidad y colocando barreras a las
especulaciones y valores de terrenos sobredimensionados; con lo cual se vela
por entregar mayor respaldo de oportunidades para las personas que quieren
invertir en un inmueble.
Nuestras ciudades, hoy más que nunca y debido
a su complejidad, requieren de mayor planificación urbana; que tenga como base
el concepto de equidad y sustentabilidad; para que los vecinos y vecinas puedan
contar con urbes amigables, en donde conviva la oferta de vivienda en sectores
con acceso a servicios como salud, educación y comercio, espacios y áreas de
esparcimiento, condiciones indispensables para una mejor calidad de vida. Aspectos
que son considerados en esta ley que permitirá dar mayores oportunidades a la
construcción de barrios con esta característica, que potencien la fortaleza de
vivir en comunidad.
En su votación el proyecto de ley obtuvo una
amplia mayoría con 94 votos a favor y solo cinco abstenciones, lo que demuestra
que se trata de una ley que concita consenso, porque hace una radiografía de lo
que hoy necesitan nuestras ciudades a la hora de proyectarlas y regular su
crecimiento.
Sólo me resta destacar que con esta norma se
cumple una de las promesas del nuestra Presidenta Michelle Bachelet, quien
durante su mandato ha incentivado toda política o medida que mejore la vida de
las ciudades y contribuya a una mayor equidad. Es ese sentido, durante estos 4
años se mejoró en la Ley General de Urbanismo y Construcciones, apuntando a los
bienes públicos de las ciudades; la relación entre inmobiliario, densidad y la
calidad de las ciudades a través de la Ley de Aportes al Espacio Público.
Hemos dado un gran paso, ahora el camino esta
trazado y la tarea es seguir pensando la ciudad con equidad.
#Opinión
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