Que
lucen tal como en plena actividad salitrera y abastecía al Cantón Nebraska
Más de 2.300 metros cuadrados constituyen el edificio
de la Pulpería de Humberstone, que en pleno auge de la actividad salitrera,
atendía a todas las oficinas que integraban el Cantón de Nebraska. Constaba de
una carnicería, verdulería, panadería, tienda-bazar, entre otras dependencias,
las que hoy, tras un proceso museográfico, lucen tal cual como eran en el
pasado. Por eso, las palabras que se repetían, durante la visita que acaban de
realizar grupos de pampinos, es la de “volver al pasado”, “retroceder en el
tiempo”, “está igual como cuando venía a comprar”. Sin duda que vivieron
momentos de magia y de realismo.
La visita, tanto a la Pulpería como a lo que
fuera la Biblioteca, donde hoy se levanta la muestra permanente sobre la
Masacre de la Escuela Santa María de Iquique, fue organizada por la Corporación
Museo del Salitre (CMS), con el propósito que sean los pampinos, los que hagan
el circuito. Sin duda, la prueba de fuego para verificar si la propuesta cumple
con el objetivo. Y sin duda lo logró, considerando sus reacciones.
La construcción original de la Pulpería data
de 1938. Fue el centro de abastecimiento de otras oficinas y campamentos
mineros, llegando incluso, a producir hielo. También contó con una panadería
que distribuyó el esencial alimento pampino, a todo el Cantón de Nebraska. De
allí que se considere como un edificio emblemático que recoge las tradiciones
comerciales pampinas, que permite comprender y magnificar un proceso histórico,
singular y único de comercio y transferencia de bienes, de manera muy particular,
según explicó Silvio Zerega Zegarra, Director Ejecutivo de la CMS.
La pulpería impresiona al visitante debido a
su magnífica estructura y a la operatividad que tuvo en su época de
funcionamiento, durante el auge de la industria del salitre. Y Hoy, restaurada,
la impresión es mayor.
Por ello, La Corporación Museo del Salitre
pensó siempre en recuperar este histórico edificio, dañado por el paso del
tiempo y los constantes sismos. De hecho, ha soportado 3 terremotos, sobre los
7 grados, lo que implicó un esfuerzo mayor, para recuperarlo. Las obras realizadas consistieron en la
consolidación estructural y rehabilitación de espacios dañados, para luego
seguir con la museografía.
Su habilitación permitió restaurar 2.305
metros cuadrados, incluyendo la consolidación estructural del edificio y la
rehabilitación de espacios dañados. Esta rehabilitación integral y estilística,
le devuelve la integridad física y permite conservar sus características
constructivas, resguardando su autenticidad. Además, de preservarla para el
tiempo actual y futuro.
Para materializar este viejo sueño de la
comunidad pampina, hubo aportes del GORE Tarapacá, mediante FNDR; Ministerio de
Economía, Fomento y Turismo, a través de Sernatur.
Centro
de interpretación
El Edificio hoy alberga, tras las
dependencias típicas de la Pulpería, que se mantienen como antaño lo que es el
Centro de Interpretación del salitre, consistente en distintas
salas temáticas. Luego de pasar las dependencias de lo que fuera el gran
centro comercial salitrero, por un pasillo con una línea de tiempo, se accede a
las diferentes salas y que posibilita el acceso al conocimiento de manera
didáctica.
Lo mismo ocurre con lo que es la Pulpería en
sí, con sus distintas secciones, las que, junto con recrear los espacios con
particular singularidad de los detalles y movimientos, protagonizan escenas, con
figuras a gran escala diseñadas y esculpidas por el artista arequipeño, Fredy
Luque, conocido internacionalmente por la calidad de su obra.
Pero no se trata sólo de esculturas, sino que
tiene una serie de detalles, constituyendo junto a otros elementos
complementarios, este realismo, que pareciera estar en el pasado
Opinión
de los pampinos
Aurora
Marroquín, 83 años, del Campamento Don Guillermo: “Estoy sorprendida,
está casi igual como era en la pampa. La figura del carnicero que vende, parece
tal real, es igual que una persona. Me emocionó mucho la visita, porque cuando
era niña venía de visita a Humberstone y veníamos a comprar a la Pulpería”.
Irma
Vaina, de Don Guillermo: “Veo que todo está precioso. Me impactó la maqueta (Diorama)
de la calichera, porque así era. Se muestra cómo trabajaban los pampinos.
Siento mucha emoción”, dice acompañada de su esposo que también observa,
impactado.
Ricardo
González:
“En ese tiempo, lo mejor era la Pulpería, sobre todo la Pulpería de
Humberstone. Acá venía gente de muchas oficinas; yo venía desde Alianza. Lo que
veo ahora es muy natural, igual como era en ese tiempo. Estoy impactado”.
Eleazar
Delgado, de Kerima:
“Venía todos los domingos a Humberstone y el paso por la Pulpería era obligado.
Al recorrerla ahora, me impresionó ver
la réplica de la calichera. Mi padre me llevó a la faena cuando tenía a los 8
años y esto es igual. Está muy bonito porque refleja la realidad de lo que
fue”.
Isabel
Vera:
“Está igual como era! Mi abuela me traía para que la acompañara a comprar. Siento
mucha nostalgia; esto es muy mágico, impresionante. Es como que estuviera en
ese tiempo”.
Ernesto
Plaza, de la Oficina Alianza: “Las pulperías eran igual en todas las
oficinas, era el mismo sistema, la misma forma. Ahí se compraba de todo, el
pan, carbón. Por eso ahora, cuando uno llega acá se recuerda de toda la vida en
la pampa. Me siento feliz que se rescate nuestra cultura”.
Gludimy
Fernández, nació en Humberstone: “Es impresionante recorrer todo y
encontrarse con el pasado, con mis raíces. Cuando tú vas viendo, te dejas
llevar hacia el pasado. Es maravilloso estar acá”.
Carlos
Rodríguez, de la Oficina Victoria: “Me siento emocionado de ver esta pulpería
como era antes”.
#Pulperia
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