Iris Wunderlich, Project Manager Smart Energy Concepts
Chile. Cámara
Chileno-Alemana de Comercio e Industria (CAMCHAL)
Como cada año, la organización de las
Naciones Unidas (ONU) conmemora el Día Mundial del Medio Ambiente y este año el
tema central es la lucha contra la contaminación producida por el plástico.
Chile no está ajeno al tema y tomó
cartas en el asunto. El Congreso acaba de despachar la ley que sanciona con
multas cada bolsa plástica que sea entregada en el comercio, considerando que se usan 3.400
millones de bolsas plásticas al año a nivel nacional, las cuales necesitan
siglos para degradarse. Con esta nueva normativa, nuestro país será el primero
en Latinoamérica que prohíbe este tipo de producto.
En este proceso es sumamente
relevante mejorar la calidad de muchos modelos de bolsas reutilizables, que se
venden actualmente, ya que están lejos de ser sustentables y se rompen
fácilmente después de pocos usos, sufriendo el mismo destino que las bolsas
plásticas.
Aun cuando la mayoría de la población
está a favor de este cambio, más de alguno se preguntará, ¿cómo me afectará esta
ley? ¿Qué pasa si se me olvida llevar una bolsa reutilizable? Más aún, pensarán:
qué fácil y cómodo era antes, pero finalmente se adaptarán a la nueva realidad,
tal como ha ocurrido en otros países y en las comunas chilenas donde ya es
realidad hace bastante tiempo.
En Alemania, por ejemplo, es habitual
ir de compras con un par de bolsas de tela o utilizar una caja de cartón, la
cual facilita el mismo supermercado y que posteriormente es llevada al punto
limpio para su reciclaje.
Pero todo cambio de hábito no es
fácil e implica una serie de responsabilidades, tanto de parte del productor
como también del consumidor.
Durante mi último viaje a Alemania
con una delegación con cerveceros chilenos, a raíz de una Misión Tecnológica
organizado por el Proyecto Smart Energy Concepts de la cámara Chileno-Alemana,
tuvimos la posibilidad de visitar varias cervecerías bávaras que todas tenían
un punto en común: la naturalidad de asumir el compromiso de ser un productor
responsable y sustentable, tanto en cuanto al producto elaborado en base a
materias primas regionales como también en cuanto a los envases retornables que
se comercializan en un radio de no más de 60 km. El productor en este caso
ofrece lo que el consumidor exige y todo amparado en una legislación potente
que da el marco de acción.
Las leyes en este sentido apoyan la
educación del productor y consumidor, y fomentan los cambios de hábito para
esta etapa de transición. Sin embargo, es importante entender que la solución a
esta problemática es
un compromiso de todos.
#MedioAmbiente
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