viernes, septiembre 15, 2006

SACERDOTES PEDRO DE LA NOI Y FRANKLIN LUZA ZAÑARTU


Compartieron con Radio El Salitre, en “Así surgen los recuerdos”

Jamás pensó el padre Franklin Luza Zañartu que al invitar a nuestra ciudad al padre Pedro De La Noi Ballacey, que mas que hablar de Laurita Vicuña, iban a hacerlo de la pastilla del día después, que es lo que mas se les preguntó en todos los medios de comunicación que visitaron incluyéndonos a nosotros en el programa de Radio El Salitre “Así surgen los recuerdos”.

Por Bernardo Yañez Stumptner

El padre De La Noi es doctor en filosofía, profesor en la Pontificia Universidad Católica de Chile en la Facultad de Filosofía y Letras, profesor en el Seminario Pontificio de Santiago y de San Bernardo, párroco de San Nicolás de Tolentino en Santiago, y principal biógrafo de la alumna de María Auxiliadora Beata Laurita Vicuña, y autor de dos libros sobre la vida y obra de esta ejemplar niña-ejemplo, mártir de la pureza que murió a los doce años

La visita del padre De La Noi era para dar a conocer lo más posible la vida de Laurita Vicuña nacida el 5 de Abril de 1891 y fallecida el 22 de Enero de 1904 declarada beata por el Papa Juan Pablo II el 3 de Septiembre de 1988, debido a que su corta vida es superficialmente conocida, incluso por los católicos. En sus dos libros, “Laurita Vicuña en preguntas y respuestas” y “Laurita Vicuña regalo del cielo”, el padre De La Noi ha investigado la vida en Chile y Argentina de la beata. Actualmente está preparando otro que simplemente se llamará “Laurita Vicuña”, porque si es declarada santa antes que el libro se edite, el título ya no serviría. La visita que realizó a nuestra ciudad está enmarcada en un trabajo de recorrer el país con los mismos objetivos.

Sin embargo, las nuevas normas de la llamada “pastilla del día después”, tema muy polémico de los últimos días y que ha concitado el interés del gobierno, políticos de todas las bancadas, e iglesia. Este fármaco en un principio fue destinada a las mujeres sexualmente violentadas, pero los últimos anuncios de la ministra de Salud dicen que se entregaría a niñas de 14 años en adelante sin conocimiento ni autorización de sus padres como una medida de evitar el embarazo no deseado.

Para el padre De La Noi, esta medida es irracional y de un barbarismo que no tiene nombre, basado en un hecho real de las niñas que tienen relaciones prematrimoniales, por lo mismo no hay que facilitarles el camino desde un poco de vista inocuo (no está bien ni mal), se mira el sexo a temprana edad como lo más natural del mundo, con lo cual no sólo se atiende a esas “criaturitas” que están en esa debilidad, sino que se abre el camino como un cheque en blanco a los jóvenes que aún no lo han experimentado. Por otra parte lo que se quiere evitar es el embarazo adolescente, pero para nada se evita la intimidad prematrimonial con un varón joven o adulto en forma indiscriminada y fácil.

Como se manifiesta que las autoridades de salud harían una entrega con restricción de la pastilla, derivando a las jóvenes al consultorio a una planificación con entrega de anovulatorios, lo considera peor todavía. Por otro lado pensando en la enfermedad del sida, la puerta del sexo se abre mas de lo que ya está, es posible que esta enfermedad crezca mucho más en nuestro país, además considera que la subestima de las jóvenes no tendría nombre, no puede estar el sexo por sobre la inteligencia, cultura, simpatía, delicadeza, habilidades, etc., y no puede reducirse a eso que no es malo, pero que termina comparando a la mujer con los animales. Han creado, dice, el mejor camino para entrenarlas a ellas y también a los varones para la infidelidad futura. Tomemos el ejemplo de las salidas o “carretes” de fin de semana, al estar esta alternativa del fármaco al alcance de la mano las jóvenes pueden tener sexo con cualquier desconocido sin control ni precauciones.

Esto habla claramente de pérdida de valores de los jóvenes aún antes de llegar al matrimonio, el que no van a respetar, y la familia, llámense marido, mujer e hijos, se van a ver afectados al máximo con riesgo de separación y lo que en ello conlleva en donde se ven afeitados los hijos. Esto es comparado con el progreso y todo lo nuevo que trae, que es muy bueno, si sólo miramos los avances tecnológicos que hacen nuestra vida más placentera, estos avances legales también lo hacen, el sida es nuevo, pero no por eso es bueno, todo lo contrario.

Por su parte el padre Franklin Luza manifestó su curiosidad que les haya tocado en los días de difusión de la obra relacionada con Laurita Vicuña, del valor de ella frente a la vida, a su profundidad de criterio, en los días que les ha tocado profundizar este testimonio tan extraordinario de una niña que tiene conciencia a través de la catequesis, de la condición matrimonial del matrimonio cristiano y que ofrece su vida por su madre y que atravesó en su corta vida al menos de dos episodios durísimos, el adulterio de su madre, y el asedio descontrolado de su padrastro. Este tema legal (nuevas normas), conocidos por todos a través de los medios de comunicación tiene un nexo y comparación, clarísimo con el objetivo de nuestra visita, una niña que defendió su honor y pureza, versus las “facilidades” que les da la ley a los jóvenes de hoy.

Cabe mencionar que el Comité Permanente del Episcopado emitió una declaración en donde se manifiesta algunos puntos que se detallan a continuación:

Quisiéramos decir una primera palabra acerca de estas “Normas”. No son éstas las políticas que los pastores esperábamos como buenos anuncios en el mes de la patria. No es éste el camino para el Chile que se apresta a celebrar su Bicentenario. Esperábamos buenas noticias en el ámbito de la justicia social y de la educación. Este camino escogido nos decepciona.
Nos parece necesario optar por la dignidad de la mujer, por lograr que su misión en la sociedad sea plenamente valorada, acabando con la discriminación social y económica que sufre, y con toda violencia intrafamiliar. Nos parece necesario asimismo insistir en la corresponsabilidad del varón en su relación con la mujer y con los hijos. Sin embargo, la opción por promover para esto la anticoncepción no es el camino adecuado; menos aún cuando conduce al ocaso de la maternidad.
Establecer “Normas” para “regular” la fertilidad debiera ser objeto de una discusión amplia y no una acción unilateral del Ministerio de Salud, en cuya elaboración colaboraron solamente dos organizaciones representativas de una determinada tendencia ideológica.
El documento normativo recuerda a políticas públicas fijadas en regímenes totalitarios que pretendían desde el Estado regular la vida íntima de las personas en función de criterios autoritarios, no consensuados, y reñidos con el respeto a la dignidad de la persona humana.
Estas Normas acogen realidades deplorables en el campo de la sexualidad. Y el Estado se dispone a facilitar, prescindiendo de los padres, las fórmulas –también las con riesgo abortivo- que promueven estas conductas.
A los jóvenes se les habla de libertad, pero de una libertad sin responsabilidades. Y a los padres se les priva de su sagrada obligación de educar, orientar y acompañar la vida de sus hijos en los momentos más aflictivos de su vida adolescente.
Los pastores levantamos hoy nuestra voz en favor de la dignidad de la vida, porque lo sentimos un imperativo moral irrenunciable. Lo hicimos en una época cuando se perseguía y se amenazaba la vida de los adversarios políticos, invocando equivocadamente fundamentos acerca del bienestar social. Lo hacemos hoy, cuando se margina a la familia, se facilita el quiebre de las relaciones intrafamiliares y a veces se cierra la puerta a los niños concebidos y por nacer.

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