La perfecta coordinación témporo espacial dispuesta entre los acusados con el fin de minimizar los riesgos del transporte y la entrega de casi 170 kilos de cocaína, fueron parte de los elementos que el Tribunal Oral en lo Penal de Iquique consideró para estimar que los cuatro acusados por la Fiscalía de Pozo Almonte de tráfico ilegal de drogas, formaban parte de una agrupación de delincuentes, elevando la pena a 10 años y un día de presidio para cada uno de los condenados.
De acuerdo a lo probado en el juicio oral, el 19 de mayo del año pasado, en horas de la madrugada, a la altura del kilómetro 4 de la Ruta A-16, funcionarios de la Brigada Antinarcóticos de la Policía de Investigaciones fiscalizaron un camión marca Volvo, patente boliviana, que era conducido por el acusado Samuel Aguilar González, quien transportaba en el carro posterior del móvil 165 paquetes que contenían 169 kilos 546 gramos de pasta base de cocaína. Los envoltorios eran manipulados en ese momento por los acusados José Luis Poma Viza, Crisolfo Márquez Viza y Edwin Flores Márquez, todos de nacionalidad boliviana.
En el juicio oral, la fiscal Tania Sironvalle presentó los testimonios de los funcionarios de Investigaciones que participaron en el procedimiento, quienes indicaron que durante tres noches vigilaron la carretera porque se tenía información que un camión que transportaba soya desde Santa Cruz a Arica, llevaría un importante cargamento de droga hacia Iquique. Agregaron que la noche de los hechos, con el uso de visores nocturnos, vieron cuando en el cruce del Fuerte Baquedano llegó el camión y dos acusados se subieron a éste por la parte posterior, escuchando ruidos de martillazos. Posteriormente y cuando el vehículo se puso en marcha, otros policías simularon un corte de carretera y un desvío de ruta a la altura de la oficina salitrera Santa Laura, fiscalizándolo y deteniendo a los acusados que ya habían sacado la droga desde unos neumáticos y estaban separando los paquetes que venían marcados con diferentes colores.
Presentadas las pruebas, y considerando que a los acusados les beneficiaba la circunstancia atenuante de irreprochable conducta anterior, pero les afectaba la agravante especial contemplada en la Ley de Drogas de formar parte de una agrupación de delincuentes, el tribunal resolvió por unanimidad condenarlos a las penas de 10 años y un día de presidio mayor en su grado medio, como autores del delito de tráfico ilícito de estupefacientes.
La Fiscal Sironvalle manifestó su conformidad con el resultado del juicio, especialmente, con la agravante acogida por el tribunal, “ya que no es fácil probar que los detenidos por un delito de tráfico forman parte de una organización reunida para tal efecto, y en este caso quedó completamente acreditado que los acusados sí estaban concertados, sí tenían funciones específicas y éstas procuraban minimizar los riesgos de una operación millonaria que debía realizarse con suma rapidez”.
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