Este fin de semana
deberían comenzar los trabajos de
limpieza de los pozos para regadío en el Valle de Quisma y suelos
agrícolas, los que fueron cubiertos por el barro y otros sedimentos producto
del aluvión que afectó a este sector tras las intensas lluvias estivales
ocurridas hace una semana, en diferentes puntos de la provincia del Tamarugal.
La medida fue
acordada en el marco de una reunión de coordinación sostenida entre la Seremi
de Agricultura, Moyra Rojas; el Gerente de Relaciones con la Comunidad de la
empresa minera Collahuasi, Luciano Malhue; el Director Regional de INDAP,
Nelson Herrera; el Subdirector nacional norte de CONADI, Eleodoro Moscoso; la
encargada de CNR, Elsa Alciares y Jaimy Vega, representante de la municipalidad
de Pica, junto a agricultores afectados del Valle de Quisma.
La iniciativa se
enmarca en las medidas que está llevando a cabo el Gobierno, en diferentes
ámbitos con el objetivo de apoyar a los habitantes de las localidades
declaradas zona de catástrofe y de emergencia agrícola.
Durante la reunión
con los agricultores se establecieron sus prioridades, las que corresponden
a la regularización del riego de los
árboles frutales, limpieza de los pozos para regadío, recuperación del perfil
de la Quebrada de Quisma, conectividad y abastecimiento de agua.
En la oportunidad, la
Seremi de Agricultura, destacó y agradeció el importante apoyo entregado por la
empresa minera Collahuasi, quienes se harán cargo tanto de la contratación de
maquinarias y la mano de obra en la limpieza de los pozos de regadío, “lo que
nos permitirá resguardar el riego para los frutales que no fueron afectados por
las lluvias, y de esta manera recuperar
los sistemas productivos de nuestros agricultores”.
“Esta es una primera
etapa, para luego continuar con el plan de trabajo de reconstrucción que
debería estar implementándose en un plazo de dos semanas, de acuerdo a los
tiempos que nos ha solicitado la
Intendenta a cada uno de los servicios involucrados en los diferentes
ámbitos”, agregó.
En relación al
abastecimiento de agua, y que también fue una preocupación de los
agricultores, la Seremi de Agricultura
realizó gestiones con el Centro Experimental Canchones de la Universidad Arturo
Prat a fin de conseguir el apoyo a través de camiones aljibes, lo que permitirá
aumentar la frecuencia de la distribución de agua que realiza el municipio
entre las localidades afectadas por el invierno altiplánico de la comuna de
Pica.
En tanto, Luciano
Malhue especificó que la tarea que se está llevando con la comunidad responde a
un catastro realizado con los propios agricultores en un trabajo preliminar,
sucedido el aluvión. “Nosotros como Collahuasi inmediatamente ocurrida la
emergencia nos pusimos en contacto con comuneros para hacer un catastro y definir sus prioridades. Aquí se está
cautelando la mantención de todos los árboles que hay en el Valle de Quisma, no
se pueden perder, para lo cual la tarea se dividió en dos etapas una emergencia
y otra reconstrucción. La emergencia es la que estamos trabajando en conjunto
con los aportes que cada uno de las entidades involucradas y en donde Collahuasi va entrar inmediatamente con
maquinarias, retroexcavadora, cargador frontal y camión, para recuperar la topografía
de la Quebrada, la que está totalmente dislocada a causa del aluvión, para
primero recuperar la agricultura, y
también recuperar los pozos. En este ese sentido también estamos trabajando
para que cuadrillas de personas
hagan limpieza de los pozos, en
particular aquellos que estén entubados, para que posteriormente Agricultura,
la municipalidad y Conadi puedan colocar otros recursos para continuar apoyando
a los agricultores para salir de esta emergencia”, puntualizó.
Por otra parte,
Marino Tapia agricultor afectado del Valle de Quisma valoró la rapidez con que
se ha actuado para apoyar a los agricultores que sufrieron estragos en sus
predios a consecuencia del aluvión.
“Estamos muy agradecidos de las autoridades y de la empresa por la ayuda prestada,
ya que desde el primer día han estado en terreno apoyándonos”.
Cabe destacar que son
más treinta familias las que vieron afectados sus cultivos, principalmente
árboles frutales, por las bajadas de
agua ocurridas en este sector producto de las lluvias altiplánicas.
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