En las últimas semanas
se ha visto cómo la acción de los clonadores de tarjetas de crédito
está experimentando un fuerte aumento. La diferencia es que, si antes eran
delincuentes nacionales los responsables de este delito, ahora son bandas
extranjeras las que buscan quedarse con nuestros dineros.
Según
cifras entregadas por el OS-9 el 2009 fueron detenidos 18 chilenos por este
delito, en 2011 sólo fueron dos los apresados de un total de 34. El resto son
personas de nacionalidad brasileña, colombiana, dominicana e incluso, de países
tan lejanos como Bulgaria.
Al
respecto los extranjeros se sienten
atraídos por nuestro país, ya que sólo establece penas por este delito van
entre los 61 días y los tres años de presidio.
Es
por eso que verdaderas bandas internacionales llegan a nuestro país y se
dedican a retirar dinero de forma ilícita. La última agrupación de este tipo
arribó hace unos días y está compuesta por ciudadanos colombianos. De hecho, se
investiga su casi segura participación en la estafa que tiene afectadas a más
de mil personas en Temuco.
Según
datos oficiales, en 2009 se registraron 1.911 clonaciones, que fueron 3.124 en
2010 y 6.190 en 2011. Un aumento constante y preocupante.
“CLONACIÓN DE TARJETA LEY 20.009”:
Acá
se instalan réplicas de cajeros automáticos o partes de él. Por ejemplo, los
cajeros tienen una especie de boca de color verde donde se coloca la tarjeta.
Los sujetos instalan un falso dispositivo que, a diferencia del
"cambiazo", cuenta con una memoria que logra captar la banda
magnética de las tarjetas y, por ende, la puede clonar.
Además,
este dispositivo tecnológico cuenta con una cámara orientada hacia el teclado
que permite ver la clave secreta. Con ambos datos, y teniendo la tarjeta más
simple (como la de un parque de entretenciones), se pueden traspasar los datos.
Dentro
de esta categoría, también están los virus y los falsos sitios web que se hacen
pasar por bancos.
RECOMENDACIONES
Carabineros
entrega una serie de recomendaciones para prevenir ser víctima de delitos. Por
ejemplo: verificar la autenticidad del cajero; estar atento a las claves
(cambiarlas y que no sean fáciles de averiguar); fijarse en quienes nos
acompañan en un dispensador; siempre el sacar el saldo para verificar que se
realizó la operación que pedimos; y en caso de cualquier irregularidad hacer la
denuncia al banco respectivo, la Policía de
Investigaciones (PDI), el Ministerio Público o
Carabineros.
En países
europeos que ya sufrieron esta lacra con anterioridad, recomiendan tapar con
una mano la teclera al momento de digitar la clave. Además, los cajeros piden
insertar la clave una segunda vez antes de retirar el dinero, lo que permite
cerciorarse de si se está siendo vigilado antes de efectuar el reintegro.
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