Muy queridos hermanos
y hermanas:
Por estos días cuando sones marciales llenan el aire de nuestra
patria, recordando la gesta de Iquique; nosotros esta tarde nos reunimos en
este templo catedral a rezar. Como creyentes recordamos a nuestros héroes
delante del Señor dando gracias por el ejemplo de sus vidas y pidiendo al
Altísimo les regale el don de la vida eterna, cosa buena y justa, santa y
piadosa es acordarnos de aquellos que han partido de este mundo, que el Señor
acoja nuestra plegaria y nos conceda también la gracia de poder en un momento,
meditar sobre el don de la vida y la responsabilidad con la cual debemos
enfrentarla.
Hace 135 años atrás
nuestra patria se vio envuelta en un conflicto bélico, naciones hermanas no
supieron entenderse y sus hijos salieron en sus defensas. En ambos bandos se
vivieron ejemplos de heroísmo y generosidad, hoy como chilenos celebramos el
arrojo y la valentía de Arturo Prat y sus hombres.
De nuestro joven
héroe nacional siempre se destaca, su caballerosidad, su fe, el amor a su
patria y su familia, todos ellos son sin duda, valores importantes en la vida de
muchos. Movidos por estos nobles sentimientos, actuaron los que en sus vidas
trataron de encarnar las palabras del Maestro: “nadie tiene un amor más grande
que el que da la vida por sus amigos”. Prat y los suyos y con ellos tantos
otros en ese momento crucial de la vida de nuestra patria dieron sus vidas en
el campo de batalla y lo hicieron con
amor. Agradecemos y admiramos su ejemplo y valentía, pero hoy al recordarlos y
orar por ellos, motivados por su ejemplo, nuestra tarea es mirar hacia adelante
y construir futuro.
Hoy las naciones han
de saber buscar por medio del diálogo
las soluciones a aquellos conflictos que puedan surgir. Hoy la realidad de
nuestro tiempo nos invita a la integración, a la cooperación mutua, hoy las
fronteras nos comunican más que separarnos. Pedimos al Señor nos regale a todos,
autoridades y ciudadanos de nuestras naciones que seamos capaces de entendernos
y ayudarnos mutuamente a progresar.
Al recordar la
valentía de nuestros héroes y cuya memoria nos llena de emoción y chilenidad,
no hemos de olvidar que la grandeza del Chile de hoy también necesita de
héroes. Sí Chile necesita de cada hombre y mujer, de cada niño, joven y adulto
que saben estar cada día en las batallas que llevan a conseguir la victoria
fruto del estudio bien hecho, del trabajo responsable, de la familia cuidada,
de la fortaleza en la adversidad, de la generosidad que vence sobre el egoísmo.
El heroísmo no es fruto de un momento sino de la suma de muchos actos de valor,
generosidad, renuncia, convicción, fe y amor. Chile es grande por sus héroes de
ayer, que Chile pueda ser grande por su gente de hoy. Ante el Señor hoy
comprometámonos a vivir lo que nos ha enseñado en su Palabra. Nos ha dicho en
la lectura tomada del libro de la sabiduría que: La vejez honorable no consiste
en vivir muchos años: que los cabellos blancos del hombre son la prudencia, y
la edad madura una vida intachable”, todos estos son rasgos que descubrimos en
Arturo Prat y que hemos de desear para cada uno de nosotros: prudencia danos
Señor en nuestro actuar y que sepamos cuidar de que nuestra vida sea
transparente ante tus ojos y de los demás.
Jesús nos ha motivado
en el evangelio a que asumamos responsablemente nuestra misión en el mundo: ser
luz y sal, es decir personas que mostremos caminos, que iluminemos y demos
sabor a justicia y esperanza; los que creemos dar un poco más de sabor a Cristo
a nuestro mundo. Señor, que lo que tú has soñado de nosotros lo podamos de
verdad cumplir y así con nuestro actuar sereno contribuyamos al bien de toda
nuestra sociedad. No nos olvidemos hermanos y hermanas que: “de que tú y yo nos
portemos como Dios quiere, dependen muchas cosas grandes” decía un santo de la
Iglesia. Seamos de los héroes de cada día: hombres y mujeres que no viven
centrados en sí mismo y sus intereses, sino que el amor nos motive siempre a
servir.
Celebramos esta
memorable fecha para nuestra patria, en esta hermosa tierra iquiqueña, donde
está efeméride cobra mayor fuerza porque es en su mar donde la gesta se vivió,
es en este templo donde unos años reposaron los restos mortales de Prat. Hace
unas semanas nuestra ciudad y región sufrieron los embates de fuertes
terremotos que todavía y sin duda por mucho tiempo marcarán nuestras vidas y
sobre todo la de aquellos que sufren sus efectos, en sus casas dañadas o
totalmente destruidas o en sus trabajos que se han vuelto vulnerables. Hoy los
iquiqueños necesitamos: unos, tener el heroísmo y la valentía de saber no
dejarse vencer por la adversidad, la fortaleza y la paciencia, pensamos en
aquellos que todavía están en carpas esperando la solución a su problema
habitacional; otros hemos de tener la valentía de no desentendernos de aquellos
que sufren y en esto animarnos a seguir colaborando y procurando que las
necesidades sean menores, que las instituciones y jóvenes sigan labrando la
grandeza de Chile con su generosidad, servicio y presencia cercana. Hoy al
recordar a nuestros héroes que olvidándose de sí mismos pensaron en el bien de
sus hermanos, animamos a nuestra queridas autoridades a que en medio de todo el
trabajo y agobio que ha venido sobre ellos para dar respuesta a tantas
necesidades, tengan el arrojo, el coraje de jugársela por Iquique y su gente y
así contribuir a la grandeza de Chile.
Iquique, Chile, son don y regalo
pero también tarea y compromiso de todos, que Prat y su gente nos continúen
iluminando y guiando con su ejemplo. La contienda de hoy no es menor, pero que
la fe nos anime a mantener flameando en alto la
esperanza.
Prat y los suyos
ofrendaron sus vidas protegidos por el escapulario de la Virgen María nuestra
señora del Carmen, tan querida en esta tierra, a Ella, a la Madre de Jesús y
madre nuestra encomendamos esta plegaria que hacemos por nuestros héroes, por
Iquique y su gente.
Dios sea bendito
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