Apoyado
por la Fundación para la Innovación Agraria y ejecutado por la Sociedad Valle
Exploradores, el proyecto que busca establecer una plantación trufera
experimental en la zona está arrojando interesantes resultados, que permiten
proyectar a la Región de Aysén como un importante polo productivo de este
producto gourmet, sumando alternativas de desarrollo diferentes a su
tradicional vocación ganadera.
Desde el año 2013 el proyecto “Establecimiento
de una plantación trufera en la Región de Aysén”, apoyado por FIA a través del
Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC-R), se ha desarrollado en la
búsqueda de establecer una plantación trufera experimental con las especies
Trufa negra (Tuber melanosporum) y Trufa de verano (Tuber aestivum).
Emplazada en el campo San Diego, a 5 horas de
Coyhaique y 23 kilómetros de Puerto Tranquilo, la plantación trufera ha dado
buenos resultados en estos dos años de ejecución y según la coordinadora
principal del proyecto, Claudia Cerda, “al hacer un paralelo entre las
condiciones edafoclimáticas existentes en los países originarios de la trufa
(Europa) versus nuestra región, vemos que no estamos tan alejados”.
Es en este contexto que la profesional
explica que, “en referente al clima, la trufa requiere de veranos calurosos e
inviernos muy fríos, por ejemplo, Francia e Italia tienen una temperatura
estival media de 19 °C, superior solo en 3 °C al sector donde estamos
realizando el proyecto, y en invierno tenemos una igualdad de condiciones con
una media de 6 °C”.
En relación con las precipitaciones, estas
oscilan entre los 600 a 1500 mm anuales. El suelo necesita buen drenaje y ser
calizos, encontrándose actualmente en condiciones modificables gracias a
técnicas agrícolas, a través de maquinarias, en caso de existir un perfil
arcilloso, y la incorporación de cal para modificar el nivel de ph.
En la ejecución de este proyecto se está
experimentando con dos variedades de trufa: Tuber melanosporum (trufa negra) y Tuber
aestivum (trufa de verano) micorrizados, en tres variedades de encinos, que son
nuevos para la región y los más exitosos a nivel mundial en cuanto a producción
de trufas: Quercus robur, Quercus ilex y Quercus cerris.
En relación a los resultados de la
iniciativa, el ejecutivo de innovación agraria, Fernando Arancibia, explica que
“los objetivos específicos de esta iniciativa contemplan dos hitos importantes,
uno relacionado con el prendimiento de las especies arbóreas introducidas a la
región y, el segundo, con la sobrevivencia de las micorrizas, que es la raíz
inoculada con el hongo, al año de plantación”.
Arancibia agrega que “las mediciones finales
del proyecto demuestran un prendimiento de las especies arbóreas de un 97%
promedio. En relación al segundo hito tenemos una infestación promedio de 80%
de Tuber melanosporum y 84% de Tuber aestivum, lo cual es una muy buena noticia
para la Región de Aysén”.
A dos años de iniciado el proyecto, la
coordinadora afirma estar muy contenta y optimista. “Estoy segura que con los
manejos y cuidados necesarios podremos tener en unos años más las trufas más
australes del mundo. De ser así, esta actividad claramente podría llegar a ser
una muy buena alternativa productiva para la región”, comenta.
Oportunidad
para la diversificación productiva
Uno de los principales problemas que
actualmente presenta la Región de Aysén, es la baja diversidad productiva en
los campos, y además que la producción agrícola se centra casi exclusivamente
en la ganadería, por lo que el cultivo de trufas se puede transformar en una
buena opción productiva para el sector forestal, que puede rendir frutos con
producciones al cuarto año.
“La producción regional se centra en la
ganadería y no le ve un mayor valor a los bosques, entonces la trufa es una
excelente forma de valorar la actividad forestal, con un producto diferente a
la madera o a la leña, diversificando de esta manera la productividad de
nuestra región” concluye Claudia Cerda.
Otra ventaja que presenta la trufa, es que se
puede plantar en superficies pequeñas. En Europa una hectárea puede producir
entre 30 y 40 kg en plantaciones de 15 años. En Chile el caso más exitoso está
en Talca, donde al sexto año tuvieron una producción de 7 kg por há. La cosecha
al ser en contra estación con los países Europeos más demandantes, hace que su
comercialización sea muy rápida, con un valor para la trufa negra que es de
$800 mil pesos por kilo, aproximadamente.
Seminario
En el contexto de este proyecto, se realizó
el seminario “La truficultura en Chile, perspectivas de desarrollo en Aysén”,
en el que se presentaron los alcances de esta iniciativa y sus resultados, con
la participación de la empresa AGROBIOTRUF, firma asesora de este proyecto.
#Iquique
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