Corporación
Desierto de Atacama denuncia que
localidad altiplánica presenta significativa cantidad de residuos luego de realización de festividad cultural.
En una de las visitas permanentes que realizan a distintos puntos de la
región, en el marco de acciones enfocadas en promover el cuidado del medio
ambiente y la conservación del patrimonio natural, los miembros de la
Corporación Desierto de Atacama se encontraron con un panorama lamentable: gran cantidad de basura presente en distintos
puntos del lugar.
La ONg
(corporacióndesiertodeatacama.org) atribuye la responsabilidad a visitantes que
participaron en la celebración del carnaval de Isluga (Anata), los últimos días de febrero, por cuanto otro
registro masivo ocurre en la fiesta religiosa Santo Tomás de Isluga conmemorada
el 20 y 21 de diciembre.
“Si bien las comunidades
altiplánicas que habitan en forma permanente estos lugares son cuidadosas del
patrimonio natural, cultural y arquitectónico, creemos que, en este caso,
quienes dejaron la basura fueron personas participantes de la celebración que
no residen en lugar, las mismas que en otros lugares repiten conductas
negativas en el manejo de residuos, dañando monumentos y espacios públicos.
Esta es una situación que se ha venido generando a lo largo tiempo y que cada año
se torna más grave”, señala el biólogo e integrante de la corporación, Billy
Morales, quien además es director de turismo de Místico Outdoors.
Aún cuando Isluga cuenta
con menos de cinco habitantes permanentes, en Desierto de Atacama afirman que
el cuidado del territorio debe considerar acciones
específicas para mejorar la conducta de los visitantes en su relación con el
entorno natural y patrimonial, antes, durante y posterior a la celebración de
actividades masivas en estos lugares.
Al respecto, Morales
explicó que “una mala experiencia tuvieron los turistas que trasladé al lugar motivados
en conocer sus bellezas, situación que
se repitió en distintas agencias de turismo de Iquique que llevaron pasajeros hasta Isluga y se encontraron con este panorama”.
Cambio
de conducta
Al respecto, Alejandra
Malinarich, directora de proyectos y profesional que encabeza los talleres de
educación ambiental en Iquique y localidades rurales, sostiene que es
fundamental que la ciudadanía desarrolle un plan de acción transversal y
unificado en el traspaso de valores educativos a la ciudadanía. “No basta con
retirar la basura de éstos lugares, fiscalizar o entregar volantes que digan NO
a muchas cosas; el mensaje debe ser distinto para que las personas comprendan y
valoren el territorio, junto con sumar compromisos y acciones permanentes para
el cuidado del medio ambiente, el patrimonio arquitectónico, arqueológico”.
Agrega que el cambio ocurre a través de la educación, “es la herramienta que
permite entender y reflexionar sobre el desarrollo sustentable, el patrimonio y
los cambios que necesitamos en forma urgente”.
#Iquique
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