lunes, diciembre 18, 2017

Solidaridad como cambio cultural

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Juan Eduardo Faúndez , Subsecretario de Servicios Sociales, Ministerio de Desarrollo Social

Qué duda cabe que Chile se ve enfrentado a un cambio de época, entendida como un cambio de paradigma para hacernos cargo de nuestras deficiencias y por sobre todo de como aprovechamos nuestras potencialidades para dar un salto al desarrollo.  Enfrentar este desafío en pleno siglo XXI teniendo más del 20% de pobreza multidimensional y con una distribución de los ingresos entre las más desiguales del mundo supone un repensar entre todos el modelo de desarrollo.

Desde esta premisa, es justo replantearse los roles tanto del Estado como de la Sociedad Civil. No podemos pensar en contar con servicios sociales de estándar escandinavo con un PIB per cápita de 25000 dólares, cerca de la mitad del promedio de los países de la OCDE. Necesitamos crecer, sí,  pero no crecer como lo hemos hecho hasta ahora donde el 33% de los ingresos se los lleva el 1% más rico. Ese crecimiento no nos lleva a ninguna parte mejor, necesitamos cambiar el paradigma del crecimiento, debemos crecer, pero con mejor distribución del ingreso y mayor sustentabilidad.

Ante la emergencia cada vez más notoria de una sociedad más empoderada y más demandante de condiciones adecuadas de vida (salud, educación, áreas verdes, etc.) es justo plantearse cómo se resuelve esta ecuación, en donde el Estado que por sí solo no es capaz de proveer los recursos necesarios para cumplir lo que sus ciudadanos demandan.

Una vía es seguir profundizando la carga impositiva de los sectores más acomodados y acercarse a tasas OCDE (impuesto a las contribuciones más altas, al 1% más rico, etc.) a modo de financiar más gasto social, I+D, etc. Pero esto no es suficiente, si queremos avanzar hacia el desarrollo, también debemos trabajar para un cambio cultural donde la solidaridad y la cohesión sean las bases de nuestra forma de relacionarnos. Por ejemplo, avanzar en la colaboración estrecha entre Estado y sociedad civil para la solución de problemas públicos. Igualmente, redefinir el rol de las empresas que dan servicios asociados a seguridad social y sobre todo fomentar una cultura empresarial solidaria y responsable socialmente.

Conceptos como “comercio justo”, “comercio sustentable”, “economía social colaborativa” han tardado mucho en consolidarse en Chile. No es posible que ir al supermercado y a la farmacia en Francia, Alemania o España sea más barato que en Chile teniendo niveles de ingreso superiores a los nuestros. El caso de las farmacias populares es una forma de resistencia y corrección de esta situación. Pronto veremos en Chile supermercados colaborativos y populares como están apareciendo en Europa, justamente porque el mercado no está dando las respuestas y porque el intercambio no parece justo.

Cambiar la percepción de solidaridad también importa, no basta con donaciones temporales, debemos fomentar prácticas solidarias en la cotidianeidad, en el comercio, en la distribución de la ganancia traducido en sueldos más dignos, en la carga tributaria para quienes ganan más, en la ética de los servicios públicos, etc. Este será el cambio cultural que Chile tendrá que consolidar para dar el salto al desarrollo.
#Opinión

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