Claudia
Bustos Seremi de Vivienda y Urbanismo
Hace unos días vimos
como el Serviu realizó una inspección a los Conjuntos Habitacionales Altos del
Mar I y II. Si bien se trata de una facultad de este servicio, resulta triste ver
como algunos usan los recursos fiscales para su bienestar, adquiriendo una
vivienda para lucrar, y olvidando que tras ello hay muchas familias que están
esperando ser beneficiadas.
Recordemos que son
familias que por años han esperado concretar el sueño de la casa propia, muchas
de las cuales aún están en los registros, en contraste con otras que una vez
adjudicadas han hecho malversación de los recursos del Estado, al hacer de la vivienda
un negocio.
La inspección de la
semana pasada fue justamente a viviendas consignadas a través del Fondo
Solidario de Elección de Vivienda del Ministerio de Vivienda y Urbanismo, es
decir se supone que son familias de alta vulnerabilidad que no cuentan con un
hogar propio y que están imposibilitadas de obtenerlo a través de la oferta
habitacional privada.
Cabe destacar que las
familias que son beneficiadas tienen claro que están obligadas a habitar en la
casa asignada, así como también queda prohibido su arriendo; además durante un
plazo de 5 años el beneficiario no podrá gravar ni enajenar la propiedad y en
los casos donde se aplique la densificación en altura, la prohibición será de
10 años.
Por ello es que
la inspección realizada no sólo permite
velar por el correcto uso de los recursos asignados en políticas
habitacionales; sino que principalmente velar porque los beneficios lleguen a
quienes lo necesitan; de no ser así, poder reasignarlo a familias que esperan
años por su casa.
De ahí que es
importante, que los propios vecinos y vecinas se involucren y sea conscientes
de que este tipo de prácticas no puede aceptarse en los conjuntos
habitacionales de este tipo, y que deben denunciarlos a fin de que otras
personas puedan optar y mejorar su calidad de vida.
Por mi parte, el
llamado es a la propia comunidad que postula a los beneficios del Estado,
particularmente al sueño de la casa propia, ya que con esto no se juega. Por
ello el valor de la solidaridad y la equidad deben ser el pilar que nos mueve,
en ese sentido debemos evitar a toda costa que “el hogar caiga en malas mano”.
Nuestro compromiso,
en los últimos años ha sido claro, mejorar la calidad de vida de nuestra
comunidad levantando proyectos habitacionales de calidad como nunca se había
visto en nuestra ciudad; por ello solicitamos ser responsables y cuidar que
los recursos lleguen a quienes realmente
los necesitan.
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