sábado, junio 03, 2017

Restaurante iquiqueño a través de la innovación pelea por ser el punto principal del circuito gastronómico

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Con cerca de cinco años funcionando en la ciudad, con una carta que utiliza productos de primer nivel y preocupados de entregar la mejor atención a sus clientes, día a día el Restaurante La Mulata busca ser el destino imperdible para quienes visitan Iquique durante al año.

De propiedad del iquiqueño René Burg Sepúlveda, la idea nace en el año 2010, pero no fue hasta el 2012 que abre sus puertas oficialmente frente a Playa Cavancha. Y pese a que en un principio el local ubicado en avenida Arturo Prat tenía como fin ser un expendio de sushi, el conocimiento aportado por la familia Burg, ligada a la gastronomía, contribuyó a darle un giro a la idea principal y transformarla en lo que es hoy, un restaurante innovador y uno de los más visitados por los comensales iquiqueños y turistas que llegan a la ciudad.

Con una carta de platos fusiones y del Perú, para el administrador y propietario de “La Mulata” el proyecto “Gestores de Innovación”, ejecutado por la Universidad Santo Tomás a través de los fondos FIC del Gobierno Regional, ha sido una respuesta a la intención de siempre innovar en el servicio que entregan a diario y como respuesta a la inquietud desde el momento que implementó su negocio.

“Tenemos como consigna trabajar con productos frescos y calidad todos los días y así hemos logrado implementar tragos y platos nuevos, trabajando harto con la percepción y recepción del cliente”, explica Burg; quien por su apellido puede recordar a más de alguno a la conocida heladería de calle Manuel Rodríguez: “Paula Burg”.

Y aunque en un inicio la complejidad de conformar una carta acorde al paladar de los comensales lo hacían equivocarse, es claro en decir que “erradicamos de la carta los productos que no había, para siempre tener una lista de platos y frescura en sus ingredientes”.

Con harto trabajo nos hemos insertado para pelear con restaurantes que tenían mucho más tiempo en la ciudad. Además, la gente es mucho más informada que antes, sabe mucho de tragos, de la puesta de la comida en el plato, lo que es una ayuda porque te exige mucho más”, indicó.

Para el empresario gastronómico, la intención y las ganas de ser un restaurante de primer nivel crece día a día, explicando que “antes de ingresar a este proyecto que administra la universidad, vi la alternativa del desarrollo que podría generarse a mi negocio, recibiendo herramientas para que junto a los colaboradores del restaurante, lográramos innovar en atención, comida y espacio para el visitante. Gracias a Dios tenemos un gestor que nos proporcionó la universidad, que además conoce de restaurante y turismo, por lo que día a día nuestros procesos van mejorando. Desde el ingreso a nuestro local, la atención de los garzones y la preparación de la comida y sus tiempos”.

UN NUEVO PUNTO
Agradecido del conocimiento y de su apellido, René Burg cuenta que a fines de este año tendrá un nuevo espacio en el restaurante.

“Algo que tenemos en la familia es siempre ir actualizándonos, leyendo y buscando algo que pueda contribuir a mejorar el local. A fines de año quiero junto a mi hermano traer desde el pasado los conocidos helados Paula Burg, insertarlos en mi restaurante y para esto pensamos en adquirir maquinaría que nos puedan facilitar la puesta en escena; basados en nuestra visión de siempre preocupamos del ambiente, que sea una buena experiencia, que sea una comida rica, una buena atención y que el cliente se vaya contento”, explicó.

Asimismo ya tiene en la mira la expansión de “La Mulata”, donde ve en un futuro cercano un nuevo local en el Norte Grande.

“El año pasado participamos en un proyecto de estudio de Corfo para ver la factibilidad de abrir en ciudades cercanas, por lo que estamos ahí en la espera y de abrir nuestro restaurante en Antofagasta o Calama, algo que se ve más cercano que lejano”.
#LaMulata

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